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1.10.10

Escritores en El Mundo


Hay escritores que escriben libros fantásticos y artículos no menos fantásticos. También escriben blogues y tuíteres, como casi todo el mundo. El problema es que esa coma es extraíble, pues se podría decir perfectamente: escriben blogues y tuíteres como casi todo el mundo. Es decir, su forma de escribir en Internet no difiere de la de un internauta cualquiera. A mí es que me entran ganas de mandarles un comentario, al más puro estilo trol, que no crol: "¡Oye, tío, cúrratelo un poco, que eres escritor!"

Por supuesto, hay excepciones. Como Llucia Ramis, que no sólo escribe novelas fantasbulosas y artículos fabulásticos, sino que incluso en sus estados de Facebook se nota que es una narradora fetén (los suyos son estados de excepción); de hecho, estoy seguro de que se curra hasta la lista de la compra. O como Senil Dion, álter ego de Pau Rubio (a quien confunden con Paulina Rubio; cosa rara, porque Pau tiende a tener barba y Paulina tuitea cosas como "voy hacer mamá"). Pau ha escrito un blog tan bueno que se ha convertido en libro: La vida en chándal, del que ya hablé en el post "Pelis de Nolan y libros que molan". Por cierto, ahora Pau ha empezado otro blog, Las cartas de J., que promete ser tanto o más bueno y que no tiene nada que ver con el anterior.

Pero vayamos al meollo: Llucia Ramis ha escrito en la edición catalana de El Mundo un artículo acerca de Senil/Pau, lo que hace que esta pieza sea doblemente fabulástica, pues combina lo mejor de ambos mundos. Es como aquel episodio de Bola de dragón en el que Goku compartía protagonismo con Arale. Pero si esto no fuera razón más que suficiente para que dicho artículo sea un clásico instantáneo, ahí va un detalle nada baladí: ¡¡¡Ramis le dedica un párrafo a este "exitoso" blog, a Los últimos días de Clark K. y a su próximo estreno en la sala FlyHard!!!


Si pincháis sobre la imagen, ésta crecerá como por arte de magia.

Mola, ¿no?

8.6.10

Partidos perdidos


No voy a hablar del final de Lost, al menos de momento. Como sólo he visto hasta la tercera temporada, me limitaré a hacer un resumen de un capítulo que vi la semana pasada: un personaje con poderes precognitivos tiene un flashback y, dentro de ese flashback, tiene un segundo flashback; se trata de un flashback autoconsciente (como un sueño lúcido) salpicado de breves flashforwards. Tampoco falta el típico listillo que dice: “Eso se llama déjà vu.” Hasta aquí, nada raro.

Lo curioso es que yo también tuve un déjà vu: este capítulo lo había visto tres años atrás. Pero entonces no seguía la serie y, claro está, no entendí nada. De hecho, cuando lo volví a ver la semana pasada tampoco entendí gran cosa. Aun así, me llamó la atención un detalle: en el flashback dentro del flashback, el personaje es capaz de predecir que unos futbolistas que van de azulgrana están a punto de meterles un gol a unos futbolistas que van de blanco. Al fondo, la pancarta de la Penya Almogàvers.



Ayer experimenté otro déjà vu al oírle gritar a un personaje: “We have to go back, Kate… we have to go back!”, frase que ya aparece citada en Egosurfing, de Llucia Ramis, que en breve saldrá traducida al castellano (la novela; la frase la dejarán en inglés, supongo).

17.2.10

Del dicho al Facebook


I

Lo mejor de vivir en Zombieland es que se acabaron los estados de Facebook.
COLUMBUS, Zombieland
(guionistas: Rhett Reese & Paul Wernick)


Pues tiene gracia: el personaje de Columbus está interpretado por Jesse Eisenberg, el mismo actor que dará vida (es un decir) a Mark Zuckerberg en The social network.

Mark Zuckerberg es el papá de Facebook.


II

No hay premio literario donde el protagonista o algún personaje utilicen Internet.
ALMUDENA GRANDES, Babelia
(30/1/2010)


Pues también tiene gracia: a bote pronto, se me ocurren dos novelas premiadas cuyos protagonistas (y algunos personajes) no sólo utilizan Internet, sino que lo hacen de forma habitual.

Una es Lujoyglamour.net, de JJ Merelo, novela galardonada con el primer Premio Bubok de Creación Literaria. Ya he hablado de ella en este blog, así que no me repetiré. Sólo voy a decir que, si no la habéis leído, ya estáis tardando; con lo cual no pretendo meteros prisa. De hecho, que sea un libro con blogs y chats y todas esas cosas supuestamente incompatibles con la literatura no impide que lo mismo pueda disfrutarse ahora que dentro de veinte años (cuando los blogs y los chats, y hasta los libros, sean cosa del pasado).

La otra es Egosurfing, ganadora del Premi Josep Pla 2010. Es la segunda novela de Llucia Ramis; la primera fue Coses que et passen a Barcelona quan tens 30 anys, a la que ya dediqué algunas líneas.*

De Egosurfing también he hablado en este blog, pero he hablado tan y tan poco que no corro el riesgo de repetirme. Como en el libro de Merelo, la red está presente desde el mismo título (el término egosurfing se refiere a buscar información acerca de uno mismo en Internet); sin embargo, no es una novela ciberpunk ni ciberfunk. De hecho, la única realidad virtual es la realidad misma, que es tanto o más virtual que el propio Facebook. Los personajes (Teseos perdidos en un laberinto sin hilos pero con wifi) navegan por la vida como si estuvieran permanentemente conectados a una red social: ya sea dejando mensajes personales en un muro real, ya sea estableciendo amistades instantáneas con completos desconocidos.

Y éste es otro tema: la aparente contradicción entre ser un desconocido para los demás y ser famoso para el mundo. ¿Se puede ser las dos cosas a la vez y no estar loco? La protagonista, por ejemplo, es una Wall Woman anónima cuyo nombre es pronunciado (denunciado) en un programa de televisión y, sin embargo, no aparece en ninguna entrada de Google. Lo primero no la convierte (pervierte) necesariamente en famosa; lo segundo tampoco la transforma en una completa desconocida: ahí está esa webcam insolente que la espía como si fuera un Miniyó (miniego) del Gran Hermano. Por si esto fuera poco (Pocoyó), Egosurfing es una novela sumamente divertida (pervertida) y la clara demostración de que el Josep Pla es un premio mucho más juicioso que el Nobel de la Paz.

No os la perdáis, o estaréis perdidos.



Curiosidades seudoproféticas:

a) Cuando escribí este post, la novela aún no había sido publicada y, por lo tanto, no podía saber que el título acabaría luciendo un asterisco en la portada.
b) En catalán, el femenino de Pla es Plana. El diminutivo de Plana es Planeta.

* Como comenté en su día, Coses que et passen a Barcelona quan tens 30 anys incluye una referencia a Atrapado en el tiempo, película protagonizada por Bill Murray y dirigida por Harold Ramis, presunto primo de Llucia. Bill y Harold son dos de los protagonistas de Cazafantasmas, filme que recibe un singular homenaje en Zombieland, donde Bill Murray tiene un cameo memorable. Como en The wire, todo está conectado (con cables o con wifi, tanto da).