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22.4.10

La publicidad del futuro


Todos los sitios son buenos para anuncios. Aquel curandero de las purgaciones solía estar pegado en todos los urinarios. Nunca se le ve ahora. Estrictamente confidencial. Dr. Hy Franks. No le costaba una perra como la autopublicidad de Maginni el maestro de baile. Tenía unos tíos que los pegaran o los pegaría él mismo, a lo mejor, con disimulo al entrar a la carrera para hacer aguas. Braguetazo con nocturnidad.


Le sugerí un carro transparente de exhibición con dos chicas elegantes sentadas dentro escribiendo cartas, cuadernos, sobres, papel secante. Apuesto a que eso habría dado en el blanco. Unas chicas elegantes escribiendo algo llaman la atención en seguida. Todo el mundo muriéndose de ganas de saber qué escribe ésa. Si uno mira fijamente a nada se le reúnen veinte alrededor. […] O el tintero que sugerí con una mancha falsa de celuloide negro.

A esto le llaman publicidad 360, street marketing, ambient, guerrilla… Son nuevas formas de dirigirse al consumidor, el no va más de la publicidad moderna, posmoderna y lo que va después de posmoderna. Porque los spots ya no son modernos. ¿Cómo van a ser modernos, si ya los hacía Bill Bernbach (un sabio) en los años 60? ¡Los años 60! Parafraseando a Obi-Wan Kenobi (otro sabio), el spot es un formato noble para una época más civilizada. Pero no importa, porque ahora la publicidad se ha lanzado a la conquista de nuevos medios, nuevos espacios, nuevos universos: territorios inimaginables hasta hace apenas unos años.

Los fragmentos, por cierto, corresponden a un libro publicado en 1922: Ulises, de James Joyce.