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25.6.16

III Laboratorio de Escritura Teatral: El libro


Después de una larga espera (larga para mí, al menos), por fin ha aparecido el libro que reúne las obras de teatro del III Laboratorio de Escritura Teatral de la Fundación SGAE, dirigido por Pere Riera entre enero y junio de 2015. Son cinco textos maravillosos de Paco Bezerra, Zo Brinviyer, Arturo Echavarren, Fernando Epelde e Iñigo Guardamino, además de Betún, monólogo escrito por un servidor.

Como no tengo palabras para describir la emoción que me supone este lanzamiento, y para evitar que el post quede muy corto, voy a volcar parte del texto que presenté a la Fundación SGAE en noviembre de 2014:

Las motivaciones

En abril de 2012, el actor Pep Garcia-Pascual me propuso escribir un monólogo a partir de una premisa concreta: Pep Guardiola, el entonces entrenador del Fútbol Club Barcelona, da una conferencia para empresarios extranjeros sobre “la forma de ser de los catalanes como factor clave para alcanzar el éxito deportivo y empresarial”. El texto se titularía Pep Talk y sus primeros espectadores iban a ser, en efecto, extranjeros: antes de recalar en Cataluña, la obra se pudo ver en Dublín y en el festival Fringe de Nueva York.

En el verano de 2012, el actor David Planas me encargó otro monólogo. La premisa era más abstracta: quería un texto sobre la identidad catalana. El resultado fue Pau I el Conqueridor, una comedia protagonizada por un catalán que se autoproclama rey con el objetivo de conseguir la independencia de Cataluña. La coincidencia entre ambos encargos me resultó inquietante. No tanto por la similitud temática (después de todo, la “cuestión catalana” estaba, y sigue estando, en el aire) como por el hecho de que hubieran pensado en mí, alguien que a dos días de la consulta del 9-N todavía no tiene claro qué opción votará.

Cuando le comenté esta coincidencia a Jordi Casanovas (autor de la trilogía compuesta por Una història catalana, Pàtria y Vilafranca), me dijo que podía escribir una trilogía. Aunque al instante deseché la sugerencia, no conseguí quitármela de la cabeza y durante un año me estuvo rondando una idea: el personaje no debía ser catalán, sino un inmigrante, alguien que aportara un punto de vista exterior y distanciado sobre Cataluña. Podría ser un personaje real (como en el caso de Pep Guardiola) o ficticio (como en el de Pau I). Y en esas estaba cuando, un buen día, la actriz Marta Corral me soltó cuatro palabras: “El Negre de Banyoles.” De repente, lo que había sido una idea difusa se convirtió en una obsesión: ¿podría escribir una obra sobre la Cataluña del siglo XXI protagonizada por un bosquimano del siglo XIX que durante el siglo XX había permanecido disecado y expuesto en un museo de Banyoles? Uno de los momentos de mayor efervescencia de la identidad catalana visto a través de los ojos de cristal del representante de una cultura desaparecida, alguien cuya propia identidad sigue siendo un misterio (ni siquiera hay consenso sobre si era bosquimano o bechuana): de entrada, parecía una provocación. Y no sólo lo parecía: a mí me provocó. Me provocó muchas dudas, muchas contradicciones, muchas inseguridades… y una sola certeza: acabaría escribiendo ese texto.

Una certeza que se reafirmó a medida que me fui sumergiendo en el tema, sobre todo con la lectura de dos libros: La niña que creó las estrellas. Relatos orales de los bosquimanos |xam, de José Manuel de Prada-Samper, y El negre i jo, de Frank Westerman. El primero es una selección de cuentos de la tradición bosquimana; el segundo, una investigación periodística sobre el Negro de Banyoles. Estas lecturas me deberían ayudar a construir el personaje y la historia a partir de dos ejes: el trasfondo mitológico, por un lado, y el trasfondo histórico, por el otro. Y aún me faltaría un tercer eje: la parte de la ficción; es decir, la historia del bosquimano en la Cataluña del siglo XXI. Con ésta buscaría un equilibrio entre el género fantástico (el personaje es un muerto viviente) y el picaresco (el personaje narra sus propias peripecias “con una visión amarga y moralmente crítica de la sociedad de la época”*). En este sentido, el bosquimano revivido será un Lázaro de Betania y de Tormes que ha viajado en el tiempo para encontrarse con un mundo que le resulta ajeno; y no sólo en Cataluña: también se sentirá extranjero en su Kalahari natal. Sin embargo, él seguirá adelante en busca de una identidad a la que aferrarse y de una tierra donde empezar de nuevo. Una tierra donde algún día pueda ser enterrado de una manera definitiva.

* De la definición de novela picaresca, tal como aparece en el avance de la 23ª edición del Diccionario de la RAE.

14.12.15

Las mejores lecturas de 2015

Todas las listas son subjetivas, y esta no iba a ser menos. De hecho, esta es más. Lo reconozco: a subjetivo no me gana nadie. Por eso, y porque el Scattergories blog es mío, sólo he incluido lecturas de mis obras (y de las de un grupo de compañeros de extraordinario talento, aunque en este caso estoy siendo totalmente objetivo).

El orden de las lecturas es cronológico.

Los últimos días de Clark K.


Irene Arcos, Nico Gaude y Max Marieges. (Foto: Centre Cultural Blanquerna)

Lectura dramatizada: 5 de febrero en el Centre Cultural Blanquerna de Madrid.
Director: Pedro Casas.
Intérpretes: Max Marieges (Clark), Irene Arcos (Lois), Nico Gaude (Supermán) y Ana Lischinsky (Lana).
A estas alturas, todo el mundo sabe que Supermán y Clark son la misma persona. Pero ¿y si no lo son? ¿Y si el auténtico secreto de esa "identidad secreta" consiste en que ni es una identidad ni es secreta? En definitiva, ¿y si todo es puro teatro?
Más información sobre la obra: aquí.

El hombre del frac


Asier Kintana y Claudio Bandini, momentos antes de la lectura.

Lectura dramatizada: 17 de marzo en el IATI Theater de Nueva York, dentro del ciclo Cimientos 2015.
Director: Ignacio García-Bustelo.
Intérpretes: Claudio Bandini (Habitante) y Asier Kintana (Visitante).
Se produce un disparo. Momentos después, el habitante de esta casa recibe la visita de un desconocido: un hombre con frac, chistera y un maletín. Está huyendo de un sujeto disfrazado de pantera de dibujos animados que le reclama la liquidación de una deuda. El visitante no está en disposición de saldarla, por eso se esconde. El anfitrión involuntario también tiene cosas que esconder: una pistola, tal vez un cadáver.

Ésta es la historia de dos personajes que son a la vez cazadores y presas. Dos hombres que huyen continuamente, durante años. Pero es difícil huir de uno mismo.
Más información sobre la obra: aquí.

III Laboratorio de Escritura Teatral de la Fundación SGAE


Los autores que no se llaman Zo, tres meses y medio antes de la lectura. 

Lectura dramatizada: 14 de octubre en la Sala Berlanga de Madrid. Incluye fragmentos de las obras del citado laboratorio, dirigido por Pere Riera:
  • El pequeño poni de Paco Bezerra, 
  • Territorio madre de Zo Brinviyer, 
  • Nueve elefantes blancos de Arturo Echavarren, 
  • Crudo de Fernando Epelde, 
  • Un resplandor en el cielo del norte de Iñigo Guardamino, 
  • Betún de Alberto Ramos.
Director: Pedro Casas.
Intérpretes: Esther Isla, Javier Laorden, Antonio Liaño, Joan Carles Suau y Alberte Viveiro.
En el año 2000, el Negro fue expulsado de un museo de Banyoles. Ahora ha regresado, y tiene el firme propósito de empezar de nuevo. Pero ¿qué puede hacer un cazador bosquimano en la Cataluña del siglo XXI? ¿Dónde va a encontrar una tribu? ¿Y cómo va a buscarse la vida cuando lleva ciento ochenta años muerto y disecado? (Sinopsis de Betún.)
Más información sobre la obra: aquí mismo.

Els micromecenes


Anna Bertran y Borja Espinosa, durante el ensayo. 

Lectura dramatizada: 2 de noviembre en la Sala La Planeta de Girona, en el marco del V Torneig de Dramatúrgia Catalana del Festival Temporada Alta.
Intérpretes: Anna Bertran (Sílvia) y Borja Espinosa (Txema).
Txema es un artista en horas bajas. Sílvia es una política a punto de dar el gran salto dentro de su partido. Lo que el amor ha unido podría separarlo un tatuaje.
Más información sobre la obra: próximamente.

Muchas (muchísimas) gracias a todos.

31.12.14

Los últimos días de 2014

No entiendo esa costumbre de publicar listas con lo mejor o más destacado del año antes de que acabe el año en cuestión. Me recuerda a los espectadores de un partido de fútbol que se marchan antes de que el árbitro pite el final. ¿Es que no saben que mientras hay juego hay esperanza? ¿Acaso no comprenden que les están haciendo un feo a los minutos finales? Del mismo modo, los últimos días del año merecen un respeto. Son last pero no least.

Sin ir más lejos, estas últimas semanas me han regalado un puñado de alegrías altamente reseñables. He aquí la lista:

Uno.



En Cataluña hay muchas compañías de teatro independientes. Esto es: compañías de teatro que dependen poco más que de sí mismas en su lucha contra la adversidad (que ahora mismo está siendo muy adversa). Sin embargo, durante 2014 han empezado a colaborar entre sí, propiciando algo así como una interdependencia de independencias. Uno de los resultados de dicha colaboración es la revista El Virus, en cuyo consejo de redacción he tenido el honor y la satisfacción de verme involucrado. El 23 de diciembre salió el primer número (el 0), con una tirada de 11.000 ejemplares gratuitos y una versión digital.

Dos.

 

Este cuaderno vino desde Sudáfrica (con amor). Forma parte de iwasshot in joburg :), iniciativa social basada en fotos hechas por un grupo de antiguos niños de la calle (former street children, en el original) con cámaras desechables. Ahora está lleno de notas sobre Betún, un proyecto de obra de teatro cuyo protagonista también es sudafricano y que ha sido seleccionado para formar parte del III Laboratorio de Escritura Teatral de la Fundación SGAE.

Tres.

 

Los últimos días de Clark K., dirigida por Xavier Villanova y escrita por un servidor, se ha alzado con el premio del público en "Las mejores obras de teatro de 2014" de Time Out México. Y, de rebote, también me ha alzado (todavía más) el ánimo. Hablando de ánimo: ¿no se anima ningún programador de por aquí a traerla?

Cuatro.



Cuando haya acabado 2014, vuelvo y os lo explico.

¡Feliz año que viene!