22.12.06

La gallina de los dientes de oro (a propósito del post anterior)

La gallina ponía dientes de oro, a razón de uno por día. Esto no le venía nada mal al Ratoncito Pérez, que tenía muchos hijos y ex esposas que alimentar. Sin embargo, éstas y aquéllos eran insaciables. Además, el Ratoncito no era de los que se conforman, precisamente. Un día, se propuso descubrir el mecanismo de la gallina. Lo encontró, y ahora se ha convertido en el Ratoncito Midas. Tiene todo el oro que quiere, y mucho más. Por supuesto, ha abandonado el trabajo.

Por eso, si alguien os dice que el Ratoncito Pérez son los padres, es verdad. Pero no siempre fue así.

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