25.7.11

Cuando Clark encontró a Supermán: La película


En Telón de fondo, Marcos Ordóñez dice que Lluís Pasqual dice: "Un espectáculo teatral no puede descargarse de la red ni duplicarse: los asistentes compran un producto artesanal y único."

Bueno, Els últims dies de Clark K.* tal vez no pueda descargarse, pero sí puede verse online.

Y no solo eso: también puede compartirse en blogues, tuíteres, féisbuques y guguelpluses. Por no hablar de los emilios de toda la vida, o la típica pregunta al compañero de oficina: "¿Tienes un segundo ochenta y tres minutos?"

Por favor, apagad los móviles. La función está a punto de empezar.




* El vídeo está en catalán sin subtítulos. Quien lo desee puede solicitarme el texto en castellano (diferente de la versión disponible en Bubok)
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17.7.11

Teatrorradio




Las bicicletas son para el verano es una obra de teatro de Fernando Fernán Gómez que, no contenta con dar el salto al cine, se dispone a dar el salto a la radio. Esto se llama radioteatro, o eso dicen. En realidad, la RAE sólo incluye una acepción: radioteatro es como llaman en Argentina, Bolivia y Uruguay a las radionovelas. Flashback: una vez, en Buenos Aires, fui con Camila a ver lo que creíamos que era una obra de teatro y resultó ser un programa radiofónico con público. En resumen: un lío transmediático.

Pero yo no he venido a hablar de la obra de Fernán Gómez, de la que sólo conozco su versión cinematográfica. Por cierto, el propio autor reconocía que prefería el cine al teatro porque no le gustaba que le miraran mientras estaba trabajando. Por tal regla de tres, infiero que preferiría la radio al cine. En cualquier caso, yo lo que quiero es hablar de Nit de ràdio dos punt zero, la nueva obra teatral de Cristina Clemente, autora de la inolvidable Volem anar al Tibidabo.

Como habréis adivinado, la acción transcurre en una emisora de radio a las tantas de la noche. Concretamente, durante la emisión (y en los minutos previos) de Ho busco però no ho trobo, un espacio de consultas. El público (el del programa) llama solicitando ayuda para buscar un triciclo de segunda mano y objetos por el estilo. Hasta aquí todo resulta muy fácil, Google mediante. Los únicos problemas que debe afrontar el equipo resultan ajenos a la naturaleza del programa. Pero son estos problemas precisamente los que se entrometerán en la emisión, como un troyano, alterando su dinámica, su filosofía y hasta su ética. Y entonces, lo que era un programa tan minoritario que el mandamás de la emisora apenas le prestaba atención (como sucedía con la teleserie de Saga, la novela de Tonino Benacquista), se convierte en… bueno, tampoco os lo voy a contar todo. Será mejor que lo veáis con vuestros propios ojos y lo oigáis con vuestros propios oídos. En la SALAFlyHard, hasta el 1 de agosto.

Información adicional para indecisos: Nit de ràdio dos punt zero es una comedia divertida y mordaz que no sólo enlaza el teatro con la radio, sino que además les da un buen repaso a las redes sociales. También las de Internet. Una obra que habla del éxito y el fracaso, los sentimientos y su instrumentalización (cómo me gusta esta palabra). El equipo artístico (Clara Cols, Pablo Lammers, Sergio Matamala y Alícia Puertas, y las colaboraciones de Blanca Caminal y las voces) y técnico están magníficos. Y el público sale satisfecho pero con ganas de más. Porque engancha. Engancha mucho.



Post postum. La interfaz de publicación de Blogger siempre incluye unas etiquetas de ejemplo. En su versión española son éstas: motocicletas, vacaciones, otoño.

FOTOS: © Roser Blanch

10.7.11

Es cosa de hombres




La escena transcurre en una prestigiosa bodega italiana.

–Pues no lo entiendo.
–¿Qué es lo que no entiendes?
–No entiendo cómo puede haber gente en España capaz de comprarlo.
–¿Por qué no?
–¿Pero tú lo has probado?
–¿Que si lo he probado? ¡Claro que lo he probado!
–¿Y no te parece raro que alguien lo compre?
–Eso es porque no lo han probado. Primero lo compran y luego lo prueban.
–Claro, pero… ¿en España?
–Ya, es raro. A no ser que…
–¿A no ser que qué?
–A no ser que sea por el anuncio de Facebook.
–¿Tú crees?
–Sí, creo que sí. El copy es impecable.
–¿El copy?
–Es una palabra inglesa. Quiere decir 'texto publicitario'.
–Ah.
–Es que sé idiomas.
–Ya.
–Es muy útil.*

* En italiano en el original. (N. del T.)

3.7.11

Greguería, greguería


La democracia empezó en Grecia y acabó con Grecia.

Empúries es la prueba de que los mercados griegos (Eμπόριον) están en la ruina.

Grec es griego en catalán. Grec también es un festival estival que se celebra en Barcelona desde los tiempos de Esquilo.

En este marco incomparable tiene lugar Contra la democràcia, obra de Esteve Soler que cierra una trilogía (como las obras griegas, que en realidad eran tetralogías) iniciada por Contra el progrés y secundada por Contra l'amor.

Contra la democràcia se subtitula 7 obretes de Grand Guignol, pues encadena siete piezas sobre personajes encadenados (física, psicológica y socialmente).

En cada una de ellas reina un humor vitriólico y punzante como una viga en el ojo. Una serie de sketches que van de Chuck Jones a Samuel Beckett, por decir los dos primeros nombres que se me han pasado por la cabeza. (Miento: primero se me pasó por la cabeza el nombre de Tex Avery, pero quería decir Chuck Jones, que es el del Correcaminos.) Lo de Beckett es normal, claro, porque la obra se puede ver en la Sala Beckett (hasta el 24 de julio). Y porque me acordé de Esperando a Godot (esto también es normal: lo leí hace cuatro días, no me preguntéis por qué).

El director es Carles Fernández Giuia, y los actores, Dani Arrebola, Pep Jové, Josep Julien y Laia Martí, la más grande. Todos ellos se dedican a repartir hostias como panes, porrazos como mossos, sopas con honda y pedruscos con tirachinas.

Y la hora y cuarto de duración pasa volando, a pesar de que no es una comedia ligera (en apariencia pesa poco, pero eso es porque se trata de un archivo comprimido). Entonces piensas que te habría gustado ver las otras dos obras, aunque en el fondo sabes que no te habrían gustado tanto como ésta. En primer lugar, porque ésta te ha gustado mucho. En segundo lugar, porque Walter Benjamin ya se metió con el progreso (eso dice Hessel), y Tonino Carotone ya se cagó en el amor. Y vale que ahora todo el mundo se caga en la democracia, empezando por Platón, pero es que ya va siendo hora de actualizarla (como tuiteó alguien).

Leo en el programa que la última versión fue escrita en una isla griega. La última versión de la obra, no de la democracia.

La democracia es como el abrefácil: como concepto está muy bien, pero en la práctica sientes que te han tomado el pelo.