Esto que acabáis de ver forma parte de Volem anar al Tibidabo, obra de Cristina Clemente que se estrenó anoche en la SALAFlyHard. Os preguntaréis cómo es posible que una obra estrenada un viernes por la noche ya se pueda ver online un sábado por la mañana. La respuesta errónea es que la tecnología avanza una barbaridad. La respuesta correcta es que la obra que se estrenó anoche no se había estrenado anoche: se había estrenado en 2008. Ya lo dijo Heráclito, filósofo presocrático y precuántico: bajamos y no bajamos al mismo río. Del mismo modo, la misma obra se estrena y no se estrena. Y eso pasa siempre, no sólo con los estrenos: cada vez que una obra de teatro se representa, es y no es la misma.
Erwin Schrödinger, físico cuántico, dijo algo parecido: el mismo gato puede estar a la vez muerto y no muerto; la única condición es que no haya nadie mirando. O, lo que es lo mismo, ojos que no ven, gato que no siente. Volem anar al Tibidabo va un poco de eso: de ocultar una enfermedad a los ojos de la gente. Dicho así suena a Mi vida sin mí. Pero si digo que el personaje enfermo (a quien, por cierto, nunca vemos) y los personajes empeñados en ocultar la enfermedad no son el mismo personaje, la cosa cambia. Si encima añado que, para ocultar la enfermedad, los personajes tienen que hacer mucho teatro (me vienen a la mente Good bye, Lenin! y El pitufo astronauta, el mejor cómic de todos los tiempos), el drama se convierte fácilmente en comedia. Y retiro lo de fácilmente, porque no es nada fácil hacer una buena comedia que gire en torno al alzhéimer (ya lo he dicho) sin que recuerde a El hijo de la novia, y Volem anar al Tibidabo es una buena (excelente) comedia que ni la recuerda ni falta que le hace.
Roser Blanch, Clara Cols y Alícia Puertas son las encargadas de encarnar a los personajes de esta premiada y repremiada obra. Si queréis ver a tres actrices en estado de gracia, pero en el barrio de Sants, no vayáis al Tibidabo: acudid a la SALAFlyHard (Barcelona capital), cualquier viernes o sábado a las 22.30 o cualquier domingo a las 19, no más tarde del 5 de junio. Y si, por lo que fuera, no os fuese bien, los lunes a las 21 tenéis función de Un home amb ulleres de pasta, de Jordi Casanovas. La misma sala, las mismas actrices (menos Alícia, que ya la visteis en Els últims de Clark K., los que la visteis), más dos actores tremendos (Pablo Lammers y Sergio Matamala) y un gato encerrado.
Para acabar, os dejo con un diálogo que ya tenía escrito y me viene que ni pintado:
SUPERMÁN: Lois… Estaba pensando… Estaba pensando que hace tiempo que no vamos al Tibidabo. ¿Qué te parece si vamos…?
LOIS: ¿Cuándo?
SUPERMÁN: Ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario