My mojito in La Bodeguita,
my daiquiri in El Floridita.
Estas palabras no pasarán a la historia de la redacción publicitaria. Mucho menos a la historia de la lírica. O no deberían. Sin embargo, están firmadas por Ernest Hemingway. Y eso hace mucho.
Para empezar, la firma Hemingway es a la hostelería (y al turismo) algo así como las estrellas Michelín, con la ventaja de que no te la pueden quitar. Lo cual es una grandísima ventaja.
Porque yo no sé cuán maravillosos eran los mojitos que servían en La Bodeguita del Medio en los tiempos del ínclito escritor. Pero yo he probado, en otros bares de La Habana, mojitos mejores, más baratos y servidos por camareros menos bordes. Claro, que no pueden presumir de tener una estrella Hemingway (pronúnciese Jemingüey).
De todos modos, La B del M es un sitio que hay que visitar. Aunque sólo sea para fotografiar los grafitis que anegan su interior. Algunos de ellos, con firmas tan ilustres como las de… bueno, de gente ilustre.
Pero desengañaos: ni llamando a Paco el Pocero para que recalifique las paredes os va a ser fácil añadir una sola palabra. A no ser que os deis una vuelta por el servicio. En ese nolugar, sede por antonomasia del grafitismo mundial, si os apetece leer algo lo mejor será que os llevéis un buen libro. El viejo y el mar, por ejemplo.
4 comentarios:
A eso se le llama noticia de mierda
Gracias por la bienvenida y el documento!
De nada, hombre. Te tengo que pasar otro.
Gracias de nuevo!
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