29.8.09

Los últimos tuiteos de Clark K.


Los últimos y los primeros, de hecho.



Después de Facebook, MySpace, Facebook, y ahora Twitter, ¿qué nos queda?

Hay otras redes, por supuesto, pero están en la muñeca de Spiderman y en el participativo programa de Eduard Punset.

25.8.09

Segundo tercer aniversario


Este blog cumple los años dos veces al año. La primera, en enero. La segunda, en agosto. Razón: aquí.

El 25 de agosto de 2006, Elegí un mal día volvió a nacer. Tres años después, ha decidido celebrarlo a la manera hobbit: con un regalo.

El comentarista que me mande la felicitación número 300 recibirá un ejemplar firmado de Los últimos días de Clark K.* Como no sería justo para los 299 anteriores, cada persona me puede enviar hasta 3 felicitaciones (a razón de una por comentario). Cuanto antes mandéis las dos primeras, más cerca estaremos de alcanzar la 300.

Muchas gracias (de antemano) y buena suerte.

Post postum. Quien lo desee, también puede obtener un documento de Word con todas las entradas del primer año de Elegí un mal día. Sólo tenéis que pedirla.

* Acabo de tener un lapsus: he escrito Los últimos días para empezar a fumar. Obviamente, lo he corregido (de lo contrario, esta nota pecaría de redundante).

20.8.09

La gente no encucha






Lo peor no es que no encuchen. Lo peor es que tampoco escúchan.

Y luego encriben como escríben.

17.8.09

Martin, no corras


Estoy leyendo Los viajes de Tuf. No es el mejor libro de George R.R. Martin, pero es un buen libro. Se trata de un conjunto de relatos de ciencia-ficción, escritos entre 1978 y 1986, sumamente entretenidos y con el discreto encanto de lo pulp.

El protagonista, Haviland Tuf, es un ser curioso. Un mercader independiente, de gran tamaño, obeso, calvo y con la piel blanca como el hueso. Es vegetariano, bebe cantidad de cerveza, come demasiado y le encantan los gatos. Y además es completa y absolutamente honesto. Tal vez en algunos aspectos sea un curioso trasunto del autor, que quizá no llegue a los dos metros y medio de altura pero está más bien llenito y vive con cuatro gatos.

Miquel Barceló

En efecto, Haviland Tuf y George R.R. Martin no son la misma persona, pero se parecen. Y no me refiero al aspecto físico.

Tuf es un ingeniero ecológico (algo así como el Kynes de Dune) todoterreno: lo mismo te elimina una plaga que te combate una hambruna. Y, aunque es un excelente profesional, tiene un pequeño defecto: no le gusta que los clientes le metan prisa; y no porque sea incapaz de trabajar bajo presión, sino porque sabe que no conviene precipitarse. Obrando a destajo, el resultado se resiente y la clientela queda insatisfecha. En realidad, hagas lo que hagas, la clientela siempre queda insatisfecha. Por ejemplo, a mí me ha dejado muy insatisfecho la traducción. Está plagada de leísmos, comas entre sujeto y predicado, personajes que cambian continuamente de apellido (Dawnstar/Danwstar, Leigh/Leight) y hechos sin hache, entre otras perlas que me produce pudor reproducir.

(Incidentalmente debo reconocer que, para que no se perdiera el tono buscado por el autor, hemos encargado la traducción a un hombre que estuvo también llenito hace unos años y que tiene dos gatas en casa…)

Miquel Barceló

Por su parte, Martin es el autor de una maravillosa space opera prima titulada Muerte de la luz (1977), y de Canción de hielo y fuego (1996-…), una serie de libros gordos que ha dejado a muchos lectores insatisfechos. Con "insatisfechos" no quiero decir que no hayan hallado satisfacción en su lectura, sino que esperan con insidiosa ansia el quinto volumen de la saga. Y, no satisfechos con estar insatisfechos, han decidido presionar al pobre Martin, a quien no le gusta que le metan prisa; y no porque sea incapaz de trabajar bajo presión, sino porque sabe que no conviene precipitarse. Obrando a destajo, el resultado se resiente y la clientela queda insatisfecha. En realidad, hagas lo que hagas, la clientela siempre queda insatisfecha.

Como dice Neil Gaiman (en un post citado en otro post, al que llegué gracias a JJ):

George R.R. Martin is not your bitch.

Amén.

8.8.09

Es tontería (do it your shelf)


En la entrada anterior veíamos lo que pasa cuando unos suecos se hacen los barceloninos.

En ésta, vemos lo que sucede cuando unos suecos se hacen su propia versión de 13, Rue del Percebe.



Como se puede apreciar en este ejemplar, obsequio de mi vecina Mònica, el resultado peca de desangelado (lo contrario de angelado).

Visto lo visto, no me extraña que se quejen de las corrientes de aire.*

* Alusión velada al título de la última novela póstuma del sueco Stieg Larsson, cuya portada española (original de Gino Rubert) guarda un parecido más que sospechoso con los tebeos de Ibáñez.

6.8.09

Catalan yourself


A mucha gente le gusta hacerse el sueco (no confundir con montarse un mueble de Ikea o hacerse una película suecada). El problema es si eres sueco; entonces, ¿qué te haces?

Te puedes hacer el catalán, por ejemplo. Sin ir más lejos: en Jönköping (Suecia) existe un grupo de 30 personas que, pese a ser suecas y parecer suecas, se conocen por el colectivo nombre de I'm From Barcelona. Esto, para los que no hablan sueco, quiere decir: 'Soy de Barcelona'.

Pero aquí no acaba la cosa: los I'm From Barcelona tienen tanto interés en convencernos de que son de Barcelona que han elaborado una canción titulada "We're from Barcelona" (en sueco: 'Somos de Barcelona').

Aquí podéis escucharla. Lamentablemente, la discográfica no me deja empotrar el vídeo. Lamentablemente para ella, claro.

(Por cierto, la canción se deja oír estos días en un anuncio de San Miguel. Ya sé que el dato es absolutamente irrelevante, pero seguro que me proporciona muchas visitas.)

Pregunta: ¿a qué viene ese interés desmesurado por Barcelona?

Posibles respuestas:

1. Los miembros del grupo visitaron la ciudad condal en su época de erasmus.

2. Los integrantes de la banda visitaron la ciudad prodigiosa en su época de guiris.

3. Los componentes del tinglado intervinieron, como dobles de Javier Bardem, Penélope Cruz y Joel Joan, en el rodaje de Vicky Cristina Barcelona.

4. El nombre del grupo hace referencia a una frase (¿recurrente?) de Manuel, personaje interpretado por Andrew Sachs en la serie inglesa Fawlty Towers.



Respuesta correcta: la 4 (aunque no se descartan las anteriores). En efecto, Manuel es de Barcelona. Esto a más de uno le puede chocar, sobre todo si es de Barcelona o cercanías; la razón: a los espectadores catalanes se nos escatimó la maravillosa versión original en beneficio de un doblaje pernicioso donde Manuel no era de Barcelona, sino de México. Y leo en la Wikipedia que, en la versión castellana, le cambiaron hasta el nombre: Manuel se convirtió en un camarero napolitano llamado Paolo. Me pregunto cómo resolverían el juego de palabras burro/mantequilla.

Obviamente, todo esto lo hicieron por una buena causa: evitarnos la pena de conocer la (mala) suerte de aquellos compatriotas que habían tenido que emigrar a la pérfida Albión en busca de un futuro mejor.

Pero, entre nosotros, yo creo que Manuel no era ni catalán, ni mexicano, ni italiano. Manuel era sueco.

Y es que hacerse el catalán no es fácil.



Post postum. Los que sí son de Barcelona, como Los Manolos, son los Manel.

2.8.09

Éste es tu tubo


Cada vez más, Internet me recuerda a un programa de televisión llamado Ésta es su vida. Un programa que en realidad no recuerdo,* porque su franja de emisión es anterior a mi nacimiento. Sin embargo, seguro que se puede localizar en YouTube, por lo menos.

En cada programa, por lo que no recuerdo,* invitaban a un famoso y le daban un buen repaso. Es decir, daban un buen repaso a su biografía, mientras iban apareciendo invitados que habían jugado algún papel destacado en dicha biografía (por ejemplo, el cura que le dio la primera hostia; no hace falta que diga que se trata de un ejemplo inventado, ya que soy incapaz de recordar el programa).* Más o menos como cualquier programa de Telecinco, pero sin ofender.

Repasando lo dicho: Internet me recuerda a Ésta es su vida. Hasta aquí, nada nuevo: todo el mundo ha oído hablar del Facebook. De hecho, el libro de las jetas tiene bastante que ver con aquel programa, y con cualquier programa de Antena 3. Pero no nos engañemos: hoy no he venido a hablar de mi Facebook. De lo que he venido a hablar es de YouTube.

El otro día, entrando en la videoteca más famosa del mundo, tropecé con la sección de "Recomendados para ti". De ellos, me llamó la atención un anuncio de la Renfe de los años ochenta. ¿Por qué me lo recomendaban? ¿Porque viví en los ochenta, cuando el Bic naranja no era un móvil de Orange? ¿Porque trabajo en una agencia de publicidad? ¿Porque cada día voy al trabajo en un tren de la Renfe? En cualquier caso, acertaron de lleno: no sólo recordaba el spot (aunque lo recordaba más corto), sino que me pareció tan interesante que, no contento con haberlo enlazado en el Facebook, ahora voy y le dedico una entrada. Realmente, es muy inquietante.



Pero lo más inquietante de todo son estos hexasílabos:

Viajará de noche,
y mucho mejor,
porque quien conduce
es el conductor.

¿Se puede saber quién conduce de día? ¿Pipín?

Por no mencionar esta otra estrofa, que merecería un análisis para el que no estoy preparado:

Si va en coche cama,
lleve a su mujer,
por poco dinero
quedará muy bien.

¿Quién quedará muy bien? ¿El cliente? ¿La mujer? ¿O se está refiriendo al coche cama?

* Miento: recuerdo ligeramente la versión de los noventa, conducida por uno de los abogados de Tribunal popular.