I
Publicado hace diez meses y un día:
Esquirol
Hartos de la sobreexplotación a que estaban sometidos, los duendes convocaron una huelga. No consiguieron gran cosa, y el motivo principal del plante seguía sin resolverse: cada vez que querían fumarse un cigarrillo tenían que salir a la fría estepa, lo cual resultaba especialmente duro para los del turno de noche (cuya jornada duraba seis meses). Sin embargo, animados por la iniciativa, los miembros del sindicato de renos organizaron una huelga de transportes: se trata, por supuesto, de la histórica huelga del 24-D. El único que se opuso fue Rudolph, que acabó reventado.
II
inocente de mí, creí que no volvería a ver más al duendecillo con cara...
ResponderEliminarPues, lo creas o no, ayer cuando vi el anuncio por la tele pensé en ti. Será que apareces en él subliminalmente.
ResponderEliminarSublimemente.
Sutilmente. O sumamente.
Ariadna: Tú es que ves caras hasta donde no las hay.
ResponderEliminarMel: El anuncio de TV sólo le he visto de refilón. Aun así, tu comentario me tiene soberanamente inquietado.
En realidad, lo (no le) he visto.
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