Historias de cronocrímenes y de famas (cronocrónica parcial del festival de Sitges 07)
Del 4 al 14 de octubre, ha tenido lugar en Sitges (municipio costero más o menos cercano a Barcelona), la 40ª edición del Festival Internacional de Cinema de Catalunya, anteriormente conocido como Festival de Cinema Fantàstic de Sitges. Me gustaría hacer una crónica general sobre las películas proyectadas, pero solamente he tenido ocasión de ver cinco. Y de éstas, sólo una es latinoamericana.
Tres minutos es el primer largometraje del argentino Diego Lublinsky. Aunque en IMDb figura como único autor del guión, en una charla previa a la proyección aseguró haberlo escrito en colaboración con su mujer. También dijo que se alegraba de que ella hubiera asistido al festival, “y de haber tenido ocasión de conocer a su marido”. Con este golpe de efecto, más de uno podría esperarse una comedia en la línea de Woody Allen. Pero Tres minutos no es una comedia. O lo es, pero también (y sobre todo) es una película de corte fantástico, género predominante en el festival. Una entrañable fábula sobre la velocidad, protagonizada por un reportero televisivo (Nicolás Pauls) y una joven pianista (Julieta Zylberberg, v. La niña santa), tan acelerados ambos que acabarán viviendo una historia de encuentros y desencuentros al margen del tiempo.
Otra opera prima donde se juega con el tiempo es la española Los Cronocrímenes, escrita y dirigida por Nacho Vigalondo, cineasta nominado al Oscar por el cortometraje 7:35 de la mañana. Con sólo cinco actores (Karra Elejalde, Candela Fernández, Bárbara Goenaga, Juan Inciarte y el propio director) y muy pocas localizaciones, Vigalondo construye con precisión de relojero una historia de viajes en el tiempo. Más que en un clásico, Los Cronocrímenes está llamada a convertise en un paradigma del subgénero temporal; y, si nadie pone remedio, en un filme maldito: aunque ya ha sido galardonado con el premio a la mejor película en el Fantastic Fest de Austin (Texas), todavía no cuenta con distribución en España. Es más: ya se especula con que llegue antes a las salas en forma de remake norteamericano; curiosa paradoja espaciotemporal, signo de los nuevos tiempos. (Leo en el blog de Vigalondo que en Sitges hay más películas españolas con promesa de remake: El orfanato, REC y El rey de la montaña.)
Los Cronocrímenes tiene un título parecido a otro debut en el largo: el de Guillermo del Toro con Cronos, película que también fue presentada en Sitges, tiempo atrás. Del Toro es, por cierto, productor de El orfanato, cinta dirigida por Juan Antonio Bayona (otro debutante), escrita por Sergio G. Sánchez y protagonizada por Belén Rueda (Mar adentro). Me gustaría opinar sobre la obra, pero aún no la he visto. Así que os compensaré con una anécdota: el año pasado participé en un taller de guión y, en ocasiones, oía a niños profiriendo gritos de terror. La explicación: en la sala de al lado estaba teniendo lugar el casting de El orfanato. ¿Adivinan el género de la película?
Hasta aquí, los cronopios. A continuación, las famas:
Fama nº 1: la de Woody Allen, que ha presentado en Sitges su tercer filme londinense. Si Match point fue un terremoto de gran magnitud, Cassandra’s dream es una réplica de menor intensidad. Pero una réplica más que notable. (Hablando de replicantes: el cartel del festival es un homenaje a Blade runner, que presenta en Sitges su tercer y ¿definitivo? montaje.)
Fama nº 2: la de Wai-keung (Andrew) Lau y Siu Fai (Alan) Mak, reconocidos en Occidente gracias a la trilogía en que se basa Infiltrados de Scorsese, que atacan de nuevo con Confession of pain (Seung sing). Felix Chong y el propio Mak son los guionistas de este thriller melodramático y melancólico, ambientado en Hong Kong y con un potente product placement de la cerveza española San Miguel. Aunque en estas tierras es más probable que nos intenten vender una Budweiser: ya se divisa en el horizonte otro remake con Leonardo DiCaprio.
Fama nº 3: la de Takeshi Kitano, que con Glory to the filmmaker! (Kantoku Banzai!) ha realizado su particular versión del cine de parodias. Una coctelera donde cabe de todo: desde los géneros del cine japonés (de Ozu a The ring) a la filmografía del propio Kitano, pasando por el cabezazo de Zinedine Zidane en el último mundial de fútbol. Conclusión: si fuera obra de un cineasta novato, no habría sobrevivido a la lapidación; pero tratándose de don Takeshi tal vez tenga mejor suerte. (Personalmente, lo perdono por los buenos ratos que me hizo pasar con Fûun! Takeshi Jô [Humor amarillo], histórico concurso televisivo donde los participantes eran sometidos a pruebas tales como esquivar cañonazos, cruzar un río sembrado de hamburguesas gigantes y estamparse contra una telaraña.)
En fin, éstas son las películas que he visto. Cualquier parecido con el palmarés (The fall, mejor película) es pura fantasía (las quinielas de los Oscar se me dan mejor; podéis preguntarle a Camila).
Spot de Sitges 07, creado por la agencia Vitruvio Leo Burnett.
Muito bom :-)
ResponderEliminarMuito obrigado.
ResponderEliminar¡Qué mala es la envidia!
ResponderEliminar¿Por qué lo dices?
ResponderEliminarPorque me hubiese encantado ir este año (y a Zombi ni te cuento), y porque en Madrid solo tenemos un pequeño festival de cine de ciencia ficción y terror. Me expliqué mal: ¡qué mala es mi envidia! :)
ResponderEliminar¡Ah bueno! Mientras no me hagáis vudú… ;-)
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