Ayer entré en MySpace. Para quien no lo sepa, MySpace es una especie de Facebook que te tienes que currar, como si fuera un blog, pero es tan complicado currárselo que al final se acaba actualizando muy de tarde en tarde.
Ayer, digo, entré en MySpace. Inicié sesión (escribí mi usuario y mi contraseña, vamos). Y entonces, saltando de perfil en perfil (o de página de MySpace a página de MySpace), me fui llevando una sorpresa detrás de otra: el vídeo de presentación de Los últimos días de Clark K. aparecía en varios perfiles. Y no me refiero a la parte destinada a los comentarios. Me refiero a la parte del perfil propiamente dicho, no sé si me explico.
Bueno, por si no me explico, aquí va un par de ilustres e ilustrativos ejemplos (correspondientes a los perfiles de la antología de relatos Matar en Barcelona y el experimento Who Am I):
No me lo podía creer. ¡Era una celeeeeebrity!
Eso fue ayer, lunes 12.
Hoy, martes y 13 (¿por qué se dirá martes y 13, y no martes 13?), he vuelto a entrar en MySpace. Y me he dado de bruces con la dura realidad. Una vez:
Y otra:
Y otra más.
En efecto, amigos, ya no soy una celebrity. Se acabó el codearse con Chewbacca, Paris Hilton, Raffaella Carra y Charles Darwin. Vuelvo a ser un personaje del montón, alguien tan poco conocido como cualquier ex concursante del cuarto Operación Triunfo.
Esto ha sido esta mañana. Debo señalar que entré en MySpace sin iniciar sesión, entre otras cosas porque no tenía la contraseña a mano.
Pero aquí no acaba la cosa.
Hace un rato he regresado a MySpace. He iniciado sesión. Y me he vuelto a llevar una sorpresa:
Y otra:
Y otra más.
Y yo me pregunto: ¿qué diantres pasa? ¿Hay un error en Matrix? ¿Estoy siendo víctima de una conspiración twitteo-myspaceónica? ¿O simplemente se trata de una broma del amigo Tom No-recuerdo-el-apellido (es que en realidad no es tan amigo), propietario de la red MySpace?
Si alguien es amigo (en Facebook) de Iker Jiménez, ¿le puede decir que estoy dispuesto a venderle la exclusiva a un precio razonable, tirando a caro?
Gracias.
Es que, como dijo el otro (o los otros, ya puestos...), la fama es efímera. O juguetona.
ResponderEliminarO infame.
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