Hace ya unos años,
Jaques Séguéla (el hombre que le limó los colmillos a Miterrand, o eso dicen) publicó un libro intitulado
No le digas a mi madre que trabajo en publicidad… Ella piensa que soy pianista en un burdel. No sé si el título es original suyo (o de su negro), o si la frase ya existía en el gremio de los publicitarios, como también existe en el gremio de los periodistas y en el de los
guionistas.
Lo que está claro es que hay un directivo japonés (abajo, en la foto) que
no ha acabado de pillar el concepto (en argot publicitario: 'se ha hecho la picha un lío'). ¿Quizás la traducción no era muy buena?
(Visto en
Adlatina. Para ampliar la imagen, pinchad sobre ella. Me refiero a la imagen.)
Yo quiero ser pianista en un burdel, dónde hay que apuntarse?
ResponderEliminarEn la bolsa de trabajo de un conservatorio, probablemente.
ResponderEliminarEntre los escoceses que hay esta noche en Barcelona, el Meeting Point y algún evento más internacional que se me escapa, esta noche el burdel es la ciudad. Sería relativamente fácil sacarse un sobresueldo, dado el overbooking.
ResponderEliminar¿Burdelona?
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