9.9.07

La insoportable imbecilidad de los anuncios

En El País Semanal (o EP[S]) de hoy, Javier Marías (a quien admiro tanto que le voy a poner un enlace entre Jácaras reales y La Fábrica Naranja) ataca con su artículo a esos personajes desalmados que disfrutan destripando el final de una serie, una película o una novela. Hasta aquí, le doy toda la razón. Sin embargo, Marías se parece un poco a Bush: es tan desprendido a la hora de lanzar bombas que no todas acaban cayendo sobre el mismo objetivo. Y esta vez, uno de los "daños colaterales" ha sido el grupúsculo de los creativos publicitarios:

[…] lo grabo y me lo pongo más tarde, para así ahorrarme los monstruosos bloques de anuncios imbéciles (sí, ya sé que esto último es una redundancia; resulta inconcebible que nadie cobre por idear y decir imbecilidades) […]

Aquí tambien le doy toda la razón. De hecho, estoy tan de acuerdo con todas y cada una de sus palabras que me atrevería a decir que se ha quedado corto. Yo (perdón por la osadía) habría añadido:

Y no menos inconcebible resulta que haya medios de comunicación (entre ellos EL PAIS, sin tilde) que cobren por difundir anuncios imbéciles que ni siquiera han sido ideados por sus propios empleados o colaboradores.

De todos modos, no me hagáis demasiado caso: esto que acabo de escribir es una imbecilidad tan grande que ni siquiera me van a pagar por ella.

4 comentarios:

  1. Pues que quieres que te diga, yo agradezco determinados anuncios y hay otros que hasta me gustan.

    Será que soy imbécil yo también ;) .

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  2. Y yo, por lo visto.

    Me tendré que hacer a la idea que nunca podré llevar una de esas bolsas que dicen YO NO SOY TONTO.

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  3. confesión de medianoche: la última vez que fui a media markt le di la vuelta a la bolsa

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  4. Eso es lo que tenían que haber hecho los autores de la campaña: darle una vuelta.

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