AL: Calle Tuset, por favor.
TAXISTA: No puede ser. Tengo que poner gasolina y no me pilla de paso.
* * *
Poco después, o poco antes. Camino del aeropuerto de El Prat.
TAXISTA: ... luego lo hice con [usó otro verbo] la madre de mi novia. Pero la mejor fue la abuela...
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Un año antes, más o menos. En El Papiol (Barcelona). Una máquina empieza a escupir el ticket.
TAXISTA (orgulloso): Esto es América.
* * *
Hace más de dos años, en Buenos Aires.
TAXISTA: Pues yo vengo de una familia de Barcelona. De Lauria.
AL: ¿De la calle Lauria [Roger de Llúria]?
TAXISTA: No. Soy descendiente de Roger de Lauria.
* * *
Espero vuestras aportaciones (o sea: anécdotas en un taxi). Si pasan de mil, escribo un libro. El copyright sería mío, claro.
bien, te regalo esta: ¿te has subido alguna vez a un taxi conducido por un testigo de jehová? pues yo sí. Predicando al volante...
ResponderEliminarEn mi primer año de bellas artes me subí a un taxi cargada de trastos y el taxista me contó que él también había estudiado bellas artes. No dijo nada más pero lo suyo era dar ánimos sobre mi futuro profesional.
ResponderEliminarMi madre se subió a un taxi que llevaba un programa de radio de consultas sexuales. Se pasaron todo el camino en un incómodo silencio mientras escuchaban dónde les gustaba untar a los oyentes el chocolate.
Gracias por los regalos.
ResponderEliminarunos amigos se subieron con la borrachera al taxi en peñiscola i le dijeron al taxista
ResponderEliminarC:porfavor a la plaza constitucion
el taxista los miro por el espejo i les dijo
Tx: esta a 100 metros en linea rect so cabrones
que tajada llevaban los colegas
Molt bo, Albert!
ResponderEliminarYo también tengo alguna anécdota alcohólica, pero no me acuerdo muy bien.