Cuando somos niños, no tenemos años. Tenemos añitos: un añito, dos añitos…
Cuando crecemos, no tenemos añitos. Tenemos años: veintiún años, veintidós años…
Cuando somos niños, los añitos pasan despacio: un añito y un mes, un añito y un mes y una semana…
Cuando crecemos, los años pasan rápido: treinta años, cuarenta años… Subjetivamente, son más cortos que los añitos.
La paradoja está servida.
La gente habla de la crisis de los treinte, la de los cuarenta...
ResponderEliminarMi mayor crisis fue cuando cumplí los 11. Ya no tenía dedos en las manos para contar los "añitos", mi esquema mental se desvaneció, lo pasé muy mal.
Y fue entonces cuando los añitos se convirtieron en AÑOS.
Que horror, se me ponen los pelos de punta solo de recordar aquel momento.
La mayor crisis de Margarita Seisdedos fue cuando cumplió los 12. ;-)
ResponderEliminar